Boeing y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, completaron, el 28 de junio, el vuelo inaugural del primer T-7A Red Hawk, marcando el inicio de la fase de desarrollo de ingeniería y fabricación (EMD) del programa.
Durante el vuelo de 1 hora y 3 minutos, el Gral. de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Bryce Turner, 416th Test Squadron, y Steve Schmidt, piloto de pruebas jefe del Boeing T-7, validaron aspectos clave de la aeronave y demostraron su potencia y la agilidad.
Este avión es uno de los cinco aviones EMD que se entregarán al Comando de Educación y Entrenamiento Aéreo de la Fuerza Aérea para realizar más pruebas.
“El rendimiento estable de la aeronave y su cabina y sistemas avanzados cambian las reglas del juego tanto para los estudiantes pilotos como para los instructores de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos”, dijo Turner.
Las vibrantes colas rojas del T-7A son un tributo a los aviadores de Tuskegee, los primeros aviadores militares estadounidenses afroamericanos que volaron cazas de cola roja durante la Segunda Guerra Mundial.
El T-7A mejorará el entrenamiento de los combatientes a través de:
Preparación mejorada del piloto: el nuevo sistema avanzado de capacitación de pilotos utiliza sistemas y simuladores de capacitación basados en tierra de alta resolución para brindar capacidades de capacitación sólidas, realistas, integradas en vivo, virtuales y constructivas.
Seguridad: la ingeniería basada en modelos permitió realizar pruebas en todo el diseño y la construcción de la aeronave para ayudar a garantizar la seguridad antes del primer vuelo. El sistema de salida de la cabina del T-7A es el más seguro de todos los entrenadores.
Flexibilidad para cualquier misión: con un software de arquitectura abierta y controles digitales fly-by-wire, el T-7A admite la capacitación de una amplia variedad de pilotos de caza y bombarderos y puede evolucionar a medida que cambian las tecnologías, las amenazas y las necesidades de capacitación.
El T-7A pasó de ser un concepto a las pruebas de vuelo en solo 36 meses. Este tiempo récord se logró gracias a una combinación de ingeniería basada en modelos, diseño 3D y fabricación avanzada redujo las horas de montaje en un 80 %.
En 2018, la Fuerza Aérea otorgó a Boeing un contrato de 9.200 millones de dólares por 351 entrenadores avanzados T-7A, 46 simuladores y apoyo. El T-7A reemplazará al antiguo avión T-38 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Imagen: Boeing