El Ministerio de Transporte de la Federación Rusa ha estado en conversaciones con las aerolíneas más grandes del país con respecto a la posible nacionalización de todos los aviones Airbus y Boeing, que deberían ser devueltos a los arrendadores extranjeros como parte de las sanciones occidentales.
La reunión en la que se llevaron a cabo las discusiones fue reportada por primera vez por el sitio de noticias ruso RBK. Según el informe, se discutieron varias opciones sobre cómo mantener los aviones arrendados de compañías occidentales. RBK también dice que el Ministerio de Transporte de la Federación Rusa se inclina hacia la opción de la nacionalización. Sin embargo, aún no se ha tomado una decisión.
La Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia, Rosaviatsiya, no ha confirmado si se está discutiendo la opción, afirmando que «se está evaluando la cuestión de mantener la flota de aviación civil», agregó RBK.
La reunión fue organizada por el viceministro de Transporte de Rusia, Igor Chalik, e involucró a representantes de las compañías de aviación más grandes del país, el grupo Aeroflot (propietario de Aeroflot, Pobeda y Rossiya), S7 Group, Ural Airlines y Utair.
RBK también informó que una de las fuentes dijo que la nacionalización de la flota de aviación civil de Rusia es «la opción más realista» para mantenerla operativa.
La opción de que Rusia nacionalice propiedades extranjeras ubicadas en el territorio de la Federación de Rusia fue insinuada por primera vez por el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, el 26 de febrero, dos días después de que Rusia lanzara una invasión a gran escala de Ucrania y un día después de que la UE anunciara que implementaría importantes sanciones contra el régimen de Vladimir Putin.
La Unión Europea y varios otros países prohibieron la venta y el arrendamiento de aeronaves a empresas rusas, con la condición de que los activos arrendados deben devolverse antes del 28 de marzo de 2022.
Varias compañías rusas, incluida Pobeda, un brazo de bajo costo de Aeroflot y un operador de una flota completamente arrendada de Boeing 737, anunciaron que van a “defender su flota” y tratar de evitar perder el avión.
Se estima que las empresas rusas operan al menos 589 aviones que se verán afectados por las sanciones.