FAA revisa alertas rediseñadas del Boeing 737 MAX 10 tras exigencias del Congreso estadounidense

La FAA ha iniciado la revisión formal de los sistemas rediseñados de alerta a la tripulación y ángulo de ataque propuestos por Boeing para el 737 MAX 10, cumpliendo con mandatos del Congreso estadounidensa derivados de los accidentes de 2018-2019. 

La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos comenzó la revisión formal de los sistemas rediseñados de alerta a la tripulación y ángulo de ataque que Boeing propone para el 737 MAX 10, iniciando un proceso de evaluación ordenado por el Congreso antes de cualquier certificación. Este paquete incorpora un sistema sintético de ángulo de ataque mejorado y permite a las tripulaciones desactivar alertas de pérdida y sobrevelocidad en situaciones específicas, respondiendo a lecciones de los accidentes fatales en Indonesia y Etiopía que causaron 346 muertes y la inmovilización global de la flota por 20 meses.

Los legisladores extendieron la fecha límite original de 2022 para rediseños en MAX 7 y MAX 10, exigiendo en cambio que Boeing modernice toda la familia MAX con estas mejoras dentro de tres años tras entrada en servicio del MAX 10. La FAA también examinará actualizaciones para otras variantes, asegurando aplicación uniforme, mientras supervisa boletines de servicio y datos técnicos para aerolíneas. Boeing introdujo el MCAS para compensar cambios aerodinámicos por motores más grandes, pero activaciones repetidas generaron información contradictoria a pilotos.

El anuncio del 12 de diciembre llega amid retrasos persistentes en certificación del MAX 7 y MAX 10, agravados por problemas de deshielo de motor, control de calidad y mayor escrutinio post-accidente del MAX 9 en 2024. Southwest Airlines, principal operador, proyecta certificación del MAX 7 para agosto de 2026 y servicio en 2027, sin timeline para el MAX 10. La FAA rechaza plazos fijos, avanzando solo con cumplimiento pleno, tras elevar recientemente el límite de producción de 38 a 42 aviones mensuales tras auditorías exhaustivas.

Estas reformas buscan cabinas más intuitivas para diagnosticar anomalías, alineando el MAX con estándares post-accidentes que priorizan respuesta piloto ante automatizaciones como el MCAS, diseñado para estabilizar cabeceo en altos ángulos de ataque sin reentrenamiento extenso. La supervisión intensiva refleja esfuerzos de Boeing por restaurar confianza en su línea de fuselaje estrecho, vital para pedidos pendientes y competitividad frente a Airbus A321neo.

Imagen: Boeing.

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